Aparece él, con esa mirada que invitan a querer quedarte perdida en ella por siempre. Bonito paraíso para perderse. Con esa sonrisa tímida que a veces le cuesta salir, pero que cuando lo hace, es la mas bonita. Y su risa, y el sonido de su voz, son por ahora los mejores sonidos que he escuchado nunca.
Aunque le he escuchado hablar miles de veces, siempre quise que de su boca saliera mi nombre... y sí, cuando lo hacia, era completamente feliz, era como me lo había imaginado; porque al pronunciarlo, la boca tenia forma del beso que quería darle, y que por ahora, tuve que reservar.
Jamás le he tocado, no se muy bien como es el tacto de su piel, ni la temperatura de su cuerpo, pero me la he imaginado muchas veces: suave, un poco fría quizá. Me imagino que la sensación de tocarle sea la misma que la de acariciar una estrella.
Tiene unas manos perfectas, creo que podrían encajar perfectamente con las mías. Nuestros dedos entrelazados apuntando a la misma dirección, un corazón. Ese corazón que por cierto, me ha abandonado y se ha ido con él. Decía que era feliz a su lado, y que jamás le recuperaría, así que ahora, no puedo vivir sin él. Maldito corazón ¿por qué me haces esto?.
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